7 Noviembre, 2017
Tucumán busca el sello de indicación geográfica para su miel de azahar
Con el apoyo del INTA, la miel de azahar de limón tucumana busca competitividad destacando sus propiedades únicas. Se trata de una miel que aporta una cualidad antioxidante, antimicrobiana y flebotónica.

Con características únicas, propias de las condiciones climáticas, tipo de suelo y los saberes de Tucumán, la miel de azahar de limón, un producto obtenido por agricultores familiares, va en camino a obtener el sello de Indicación Geográfica (IG).
Con el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), se trata de una estrategia para agregar valor a los productos agroalimentarios, es decir, identificarlos con algunos de sus atributos a través de un sello distintivo para diferenciarlo de la competencia y lograr que el consumidor reconozca el vínculo con el territorio.
Tucumán aporta el 95 % de los limones del país, cultivados en una superficie de 40 mil hectáreas. El resto del área citrícola se reparte entre naranjas, mandarinas y pomelos. Ubicada en el pedemonte tucumano, la zona de producción se ubica en una delgada franja que se extiende de norte a sur y se proyecta hacia el oeste. Allí, los suelos cargados de nutrientes y el clima subtropical sellan la ecuación perfecta para su cultivo.
“Las condiciones naturales del territorio le otorgan a la miel de azahar de limón determinadas características físico químicas, sensoriales y biológicas específicas que resultan en una calidad diferenciada”, explica Alejandro Alvarez –especialista en Agroindustria del INTA Famaillá, y agrega: “A partir de un exhaustivo análisis determinamos que la miel de azahar de limón posee flavonoides que le aportan una capacidad antioxidante, antimicrobiana y flebotónica –especialmente la hesperidina y hesperetina–, lo que le otorga el carácter de alimento funcional y saludable.”
Además, se estableció que se trata de una miel muy clara, con un aroma floral débil y un dulzor entre débil y moderado, percibiéndose –en algunos casos– una ligera nota ácida. Cristaliza lentamente para formar cristales muy pequeños y, en ese estado, la textura bucal es suave y cremosa.