1 Diciembre, 2015
Bioarquitectura para producir oxígeno
Una de las últimas tendencias en arquitectura son las construcciones que combinan materiales diversos y organismos vivos, con el objetivo de integrar la naturaleza con la vida urbana.

Un estudio de diseño londinense llamado EcoLogicStudio creó Urban Algae Canopy, una pieza de bioarquitectura que combina micro-algas y protocolos de cultivo digital en tiempo real. Esta estructura está preparada para controlar el flujo de energía, agua y dióxido de carbono basándose en patrones climáticos, los movimientos de los visitantes y otras variables ambientales.
El proyecto es el primero de su clase en todo el mundo, y una vez que esté completamente terminado podrá tener la capacidad de producir una cantidad de oxígeno equivalente a la que generan cuatro hectáreas de bosques, fragmentándose en 150 kilos de biomasa por día.
Claudia Pasquero y Marco Poletto son los autores de este proyecto que sostiene que llegó el momento de superar la segregación entre la tecnología y la naturaleza típica de la era mecánica, para abrazar una comprensión sistémica de la arquitectura. “En este prototipo los límites entre el material, las dimensiones espaciales y tecnológicas, se articularon cuidadosamente para lograr la eficiencia, resistencia y belleza”, aseguran.
Tras seis años de investigación, se llegó a implementar un sistema de revestimiento plástico en capas que lo vuelve resistente al calor, además de usar una tecnología especial de soldadura que altera la morfología de la cubierta y controla el comportamiento dinámico del agua que fluye por la estructura para los organismos vivos.
Esta intersección entre la tecnología y la biología hace que las algas realicen la fotosíntesis y crezcan en los momentos en los que el sol brilla más fuerte, al tiempo que reduce la transparencia de la cubierta, ofreciendo más sombra. En un punto, la apariencia e iluminación es el producto de las interrelaciones entre el clima, las microalgas, los visitantes y los sistemas de control digital.